¿A qué nos referimos cuando hablamos de alfabetización?
Los humanos, además de aprender de nuestra experiencia contingente, que es individual y empírica, podemos aprender de la experiencia de otros a través de su reconstrucción codificada mediante algún tipo de sistema simbólico. Es lo que se conoce como experiencia mediada o cultural. Cuando un sujeto lee un libro o un periódico, escucha una narración oral de otro humano, ve una película, asiste a una representación teatral, navega por la red u observa la acción de otra persona, tiene la capacidad de aprender sin actuar directamente sobre el objeto, situación o fenómeno de la realidad. Aprendemos no sólo a través de la experiencia empírica que nos proporcionan nuestros sentidos, sino también a través de objetos, artefactos o situaciones que median entre quien aprende y la realidad representada.
Los estudios antropológicos principalmente pero también la pedagogía, la psicología del aprendizaje y la denominada sociología de la comunicación y la cultura han demostrado que nuestra existencia individual se configura porque desde que nacemos vamos interiorizando un conjunto de creencias, valores, sentimientos, ideas y conocimientos que son propios y específicos del grupo, colectivo o civilización a la que pertenecemos. Es lo que se conoce como proceso de socialización cultural. Al respecto Pérez Gómez (1992) afirma:
La especie humana, constituida biológicamente como tal, elabora instrumentos, artefactos, costumbres, normas, códigos de comunicación y convivencia como mecanismos imprescindibles para la supervivencia de los grupos y de la especie. Paralelamente, y puesto que las adquisiciones adaptativas de la especie a las peculiaridades del medio no se fijan ya biológicamente ni se transmiten a través de la herencia genética, los grupos humanos ponen en marcha mecanismos y sistemas externos de transmisión para garantizar la pervivencia [...]. A este proceso de adquisición por parte de las nuevas generaciones de las conquistas sociales, a este proceso de socialización, suele denominársele se genéricamente como proceso de educación (p. 17).
Esta socialización (socializarse, en un sentido amplio, es ser incluido dentro de un grupo social) se genera y desarrolla en distintos ámbitos sociales: la familia, el trabajo, los amigos, las organizaciones religiosas, políticas o recreativas, entre otros. En este proceso, a lo largo de la historia, y de modo más creciente en la sociedad contemporánea, los artefactos, medios y tecnologías para la información y la comunicación - escritura, imágenes, libros impresos, cine, televisión, ordenadores, Internet, etc.- han desempeñado y desempeñan un papel muy relevante en la creación, producción, difusión y consolidación de las prácticas culturales hegemónicas y representativas de cada grupo social. Esta capacidad de "empa quetar" la experiencia permite que ésta sea transmitida a otros humanos y, en consecuencia, que podamos aprender a través de este tipo de representaciones empaquetadas en objetos a los que llamamos medios (libros, películas, textos, narraciones, documentales, discos, etc.).
Sin embargo, para que un sujeto "desempaquete" el conocimiento, contenidos o mensajes implícitos en tales medios, es necesario que posea las herramientas intelectuales que le permitan "descodificar" los mensajes: es decir, tiene que estar alfabetizado en las formas y códigos expresivos utilizados por cada tipo de medio o tecnología de información. Por ejemplo, para leer un texto escrito en chino y entender su contenido, una persona debe conocer la sintaxis y formas de codificación del alfabeto chino relacionándolas con un campo semántico; para vincular cada nota de solfeo en un pentagrama con un sonido concreto es imprescindible conocer dicho sistema de simbolización de la música; para entender el mensaje expresado por un documento audiovisual donde se utilizan secuencias no lineales en el tiempo o en el espacio, el espectador debe poseer la capacidad de reconstruir mentalmente dichas escenas aparentemente inconexas y elaborar un discurso con significado. Esta competencia que permite a un individuo que codifique y descodifique con significado las formas expresivas de la información, ya sea en un medio impreso, audiovisual o digital, recibe el nombre de alfabetización.
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